Salidas de campo

Reflexión inicial

Mi acercamiento a la biblioteca de primaria del colegio de la U.P.B lugar donde desarrollo mi práctica en contextos diversos se da casi que por casualidad, tras leer un correo que desde la facultad de educación nos envían sobre una oportunidad de práctica docente con la gobernación de Antioquia, empiezo las gestiones previas que por cosas del destino me llevarían posteriormente a postularme a la vacante de aprendiz, figura con la cual la Universidad Pontificia Bolivariana nombra a aquellos estudiantes especialmente de las facultades de educación y pedagogía y de filosofía y letras para desarrollar un ejercicio de  práctica en contextos diversos que involucra a su vez una apuesta por la formación lectora de esta población de la básica primaria. De esta manera me inserto en un ambiente de libros, niños, gritos y trámites administrativos, al comienzo sentí una gran expectativa con la planeación de actividades promotoras de lectura de las que me habían hablado antes mi jefe directa y la ya saliente practicante, todo comenzó rápido, aglutinando información y procedimientos me enfrenté por primera vez a un grado de transición, estos pequeñines me hicieron reír y asustar mucho porque a ratos no sabía ni como hablarles, pero entre el afán de buscar un color o un lápiz y de lograr robarme su atención pasaron las dos horas de prueba que lograron un significativo descubrimiento en mí; una cosa era la teoría que tenía encima y otra muy distinta la simple realidad de lo nuevo y sorprendente que sería para mí esta práctica.

Lo que esos primerizos pasos y aún ahora me sorprende gratamente es ver la afluencia tan numerosa de niños y niñas que visitan la biblioteca, en ambos descansos de las dos jornadas, compruebo como en realidad hay niños lectores y lectores asiduos, de esos que te exigen conocimiento y preparación en tus planeaciones y amenizan el panorama cuando los ves con juicio devorarse cuentos enteros. Entonces empiezas a identificarlos, a Alejandro le gusta saber de dinosaurios, a manuela explorar los mapas y los atlas a Andrés las historias de espías y así sucesivamente podría narrar tantos nombres que diariamente se me acercan buscando algo nuevo que aprender. Durante varios días me preguntaba por lo significativo de esta experiencia, qué sería apropiado mencionar en mi diario de campo y consideré prudente y necesario simplemente observar sus gustos, sus comportamientos, sus necesidades, qué cosas hacían vibrar o por el contrario que apagaba a estos muchachos. Con el pasar de las actividades emergieron tendencias y patrones que ahora percibo con claridad; por lo menos para los niños los animales –particularmente los prehistóricos- acaparan notablemente su atención, los mitos y leyendas son una de las secciones que constantemente hay que organizar, ya que en un parpadeo sacan y sacan libros para finalmente decidirse por alguno, en cuanto a las niñas la preferencia se inclina hacia las princesas y todo lo relacionado con historias de fantasía donde el príncipe azul efectivamente llega para vivir felices, así como también cuentos de animales –ya no tan agresivo y feroces- sino más bien, pequeños ratones, sapos y conejos transforman esos tiernos y sinceros rostros.

Paralelamente en los docentes surgen comportamientos y actitudes que con el ir y venir a la biblioteca confirma la impronta de los grupos que manejan, es así como poco a poco he ido hilvanando un plexo de consideraciones que son el sustento de mi reflexión pedagógica: he rescatado en las horas de biblioteca, el comportamiento acelerado de los niños, la inmediatez y la fatiga colosal que les implica hacer algo paso a paso, posiblemente por ser hijos de una generación tecnológica el play station portátil jalona más que la colección amarilla de torre de papel, su estrato social marca una dinámica que a mi modo de ver los coloca en una posición privilegiada para el alcance y goce de muchos accesorios modernos – por supuesto que no pretendo generalizar, ni mucho menos tabular groseramente a muchos niños que puedan quedar estigmatizados con esta apreciación- parece ser además que sus familias son en términos generales funcionales y en los casos cuyo patrón se rompe, valoro y destaco los esfuerzos que el colegio hace en seguimiento y acompañamiento de cerca a problemáticas difíciles y desafortunadamente muy reales y comunes,  la cultura que se respira cuando se está con ellos deja un buen sabor de boca, esto me hace pensar que hay compromiso desde casa y que la trayectoria del colegio pesa lo suficiente como para pretender una formación integral y humanista como bien reza su misión institucional.

El pensar la enseñanza desde la biblioteca me ha dado luces para ver que lo que se aprende desde allí es un conocimiento gratuito, en tanto no se le está imponiendo a los niños una evaluación o rendición de cuentas, ciertamente esto difiere mucho de lo que se imparte en el aula y siento que los pequeños perciben  la biblioteca como un espacio distinto, de disfrute tal vez por eso asisten masivamente cada día, algunos profesores aprovechan estos espacios para adelantar calificaciones o para leer el periódico, así como otros se involucran activamente en las actividades, disfrutan el momento y alientan a los niños a gozar de lecturas, películas, dramatizaciones y cuanta fotocopia para colorear se escurre entre sus manos.

Sería injusto y mentiroso pretender concluir tajantemente esta discusión en torno a lo  significativo de la reflexión pedagógica, ya que esta se alimenta y nutre permanentemente de las respuestas de los actores principales; alumnos y docentes, y de innumerables factores que actividad tras actividad mutan y se transforman.

Esta es una de las plantillas realizadas para la planeación de actividades en la Biblioteca Primaria del colegio de la U.P.B

 


Plantilla de Planeación-Primero.docx (22,8 kB)

Actividades Biblioteca Primaria